viernes, 19 de febrero de 2021

Muestra España su compromiso con los refugiados y migrantes latinoamericanos

Arcano europeo

Una familia de migrantes venezolanos en la Guajira,
Colombia, durante la pandemia de COVID-19.
OPS /Karen González Abril

De la mesa de redacción
De nuestra asociada RNU

Migrantes y refugiados

La pandemia por COVID-19 ha causado un impacto desorbitado en los refugiados y desplazados que viven en situación de vulnerabilidad en la región. La ayuda de la Agencia Española servirá para consolidar los sistemas de asilo nacionales. Además, busca impulsar oportunidades relacionadas con la inclusión económica para estas personas en el contexto de la COVID-19.

La Agencia de la ONU para los Refugiados agradeció este viernes la contribución de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo que servirá para reforzar la protección y la capacidad de resiliencia de las personas refugiadas y desplazadas internamente en el continente americano.

La ayuda de la Agencia Española servirá para consolidar los sistemas de asilo nacionales, así como los servicios de orientación y asistencia legal a los que accede la población venezolana vulnerable en Colombia, Ecuador, Perú, así como en Venezuela, y a las personas desplazadas internamente en El Salvador, Honduras y Colombia.

Además, busca impulsar oportunidades relacionadas con la inclusión económica para estas personas en el contexto de la COVID-19 proporcionándoles acceso a medios de subsistencia a personas en alto riesgo de exclusión y a supervivientes de violencia sexual y basada en género.

Cooperación internacional y ayuda humanitaria

El director de la Agencia de la ONU para las Américas, José Samaniego, destacó que la cooperación de la Agencia Española “muestra cómo la cooperación internacional y las respuestas coordinadas son las formas más eficientes para responder a las necesidades humanitarias ante una emergencia sin precedentes, sin olvidar la búsqueda de soluciones a largo plazo que permitan la inclusión de las personas desplazadas en sus comunidades de acogida”.

La pandemia por COVID-19 ha causado un impacto desorbitado en los refugiados y desplazados que viven en situación de vulnerabilidad en la región. La delicada situación económica y la falta de acceso a medios de vida y subsistencia, se ha convertido en inseguridad alimentaria y dificultades para pagar la vivienda y otros bienes básicos. Estas personas se han visto más expuestas y afectadas por esta emergencia en términos de desigualdad, discriminación, violencia y vulneración de sus derechos.

Un escenario que corroboró el director de la Agencia Española, Magdy Martínez Solimán, al declarar que “en un esfuerzo sin precedentes, los países de acogida en América Latina están tratando de ofrecer las condiciones para que las historias detrás de cada persona refugiada o desplazada puedan tener una continuación basada en la dignidad, el respeto y el bienestar social”.

Martínez Solimán destacó que la Agencia Española debe apoyarles y que desde el año 2017 “trabaja para mejorar tanto las condiciones de vida de la población venezolana, como las de las comunidades de acogida”.

Yulis Rivas hace un dibujo de sus padres en un centro infantil
de Cúcuta, en Colombia, donde UNICEF ofrece
actividades para niños migrantes venezolanos y sus familias.
UNICEF / Arcos

Apoyo a venezolanos y comunidades de acogida

El apoyo de la Agencia Española servirá para incrementar los procesos de coordinación de la respuesta regional, colaborando a estabilizar la Plataforma Regional de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V) y la Plataforma de Apoyo del Marco Integral Regional para la Protección y Soluciones (MIRPS) en Centroamérica.

El éxodo de venezolanos se ha convertido en una de las mayores crisis de desplazados en el mundo. De los más de 6 millones de refugiados y migrantes de Venezuela, unos 4,3 millones habitan en América Latina y el Caribe.

De las 830.000 personas forzadas a huir en el norte de Centroamérica, unas 320,000 están desplazadas internamente dentro de Honduras y El Salvador y miles más están en riesgo de desplazamiento debido a la continua violencia de maras y pandillas.

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