Por Raúl CABRERA
De Radio Vaticano
Niños colombianos:
símbolo de futuro y esperanza.
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Precisamente refiriéndose a Colombia, dos colegas de ese
país pidieron al Obispo de Roma su opinión sobre el pasado conflicto armado y
sobre la corrupción. La guerrilla, afirmó el Santo Padre, ha sido “una
enfermedad”, reconociendo la existencia de “pasos que dan esperanza”, y
agregando haber “percibido” “el deseo de ir adelante en este proceso va más
allá de las negociaciones”. “Es un deseo espontaneo” y allí, aseguró, “está la
fuerza del pueblo”, que tiene “que ser ayudado con la cercanía y la oración”, y
“con la comprensión.”
Sobre la corrupción, uno de los temas tocados con fuerza en
su Pontificado, Francisco recordó el libro escrito sobre esta lacra y también
las convicciones ya expresadas sobre el corrupto, persona –reiteró- que “se cansa de pedir perdón y se olvida de
pedirlo” a Dios, que no lo negaría y que en todo caso, es el único que puede
salvar a alguien de ese tipo.
El tema del pueblo protagonista del propio destino fue
reiterado en su respuesta a los periodistas de nuestro idioma que le
preguntaron si es posible “repetir el modelo Colombia”, o sea el de una
negociación con diversos protagonistas. Cierto, ya ha ocurrido, constató el
Papa, pero el hecho –aseguró- es que más
que la ONU, más que los políticos y los técnicos, “un proceso de paz irá
adelante si lo asume el pueblo”.
El Pontífice se manifestó impactado de manera particular por
los tantos papás y mamás que a su paso levantaban a sus niños para hacérselos
ver y bendecir. Este “es un símbolo de futuro, de esperanza”, concluyó
Francisco, observando que un pueblo “capaz de hacer hijos y mostrarlos como si
fuesen un tesoro, es un pueblo que tiene esperanza y que tiene futuro”.

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