Por Griselda MUTUAL
Periodista de Radio Vaticano
Al límite del hambre un millón
96 mil
732 chiapanecos sin esperanza
por el
saqueo del gobernador Manuel
Velasco
Coello.
Foto de archivo.
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Así lo informó la Organización de las Naciones Unidas para
la Alimentación y la Agricultura en lo que es la primera evaluación global de
esta organización mundial sobre la seguridad alimentaria y nutrición, publicada
tras la adopción de la Agenda para el Desarrollo Sostenible, que tiene por
objetivo terminar con el hambre y con todas las formas de malnutrición en el
2030. El Observador Permanente de la Santa Sede ante la FAO, Monseñor Fernando
Chica, explicó la situación ante los micrófonos de Radio Vaticano.
Firmado por cinco grandes Organismos de Naciones Unidas, a
saber, la Organización Mundial de la Salud, UNICEF, la FAO, el Fondo
Internacional para el Desarrollo Agrícola, y el Programa Mundial de Alimentos,
se hicieron públicos el viernes 15 de setiembre las nuevas estadísticas de
malnutrición y de la seguridad alimentaria en el mundo.
Monseñor Fernando Chica, señala un dato alarmante: tras
haber disminuido de forma constante durante más de tres décadas, "el
hambre repuntó en el mundo en 38 millones de personas en el 2016".
El prelado explica los dos motivos a los que se debe este
incremento: por una parte,"el aumento de conflictos y guerras en el mundo
que afectan a 20 países", y por el otro, "los graves fenómenos de
cambios climáticos, como El Niño que produce sequías, o La Niña que produce
inundaciones, que impiden que se produzcan las cosechas que alimentan a las
personas". Se trata de "38 millones de personas que están llamando a
un incremento de solidaridad y a invertir en el tema de la paz".
Haciendo referencia a la labor de las organizaciones mundiales
que luchan contra el hambre, Monseñor Chica señala la importancia de las
evaluaciones y diagnósticos realizados por las mismas, que ponen de manifiesto
"la lacra del hambre" que afecta a treinta y ocho millones de
personas, "que nos son algoritmos, ni simplemente partes de una
estadística, sino personas que llega la noche y no tienen nada que comer".
Un informe que "llama a la comunidad internacional a
potenciar la agricultura, a reforzar las ayudas humanitarias, y pone de
manifiesto la necesidad de trabajar por la paz". Esto último porque
mientras en los países haya conflictos, "habrá crisis humanitarias, habrá
hambruna, habrá miseria". Por lo tanto es necesario "invertir más en
la paz, apostar por el diálogo, y acabar con las guerras que tanto mal están
haciendo".
Monseñor Chica señala asimismo el número de países que
sufren los conflictos: son 20 los países que están provocando que "no se
pueda potenciar la agricultura", causando, en consecuencia, enormes flujos
migratorios, que provocan a su vez "que las tierras queden sin
cultivar", lo que llama a otra cosa: es necesario "invertir en
solidaridad y evitar el desperdicio de alimentos", porque "un tercio
de lo que se produce en el mundo o se pierde o se desperdicia".
Antes se hablaba de inseguridad alimentaria, - explica el
Observador Permanente de la Santa Sede ante la FAO-, de las causas que mermaban
la ingesta de alimentos. En cambio hay que asegurar la alimentación tanto en
cantidad como en calidad, porque, tal como evidencia el informe, mientras hay
personas que no tienen nada que llevarse a la boca, es decir que les faltan
nutrientes, hay personas que tienen una salud deficitaria debido al sobrepeso y
la obesidad. Esto también conlleva la aparición de enfermedades no
transmisibles, como la diabetes, la hipertensión, enfermedades reumáticas; es
decir, la malnutrición es tanto la falta de alimentos, como la alimentación no
adecuada. "Hace tanto daño a la persona no comer, como el comer
malamente", asegura.
Para hacer frente a esta lacra del hambre en pleno siglo XXI
-dice el Observador ante la Fao - "hay que crecer en solidaridad, evitar
las desigualdades, y sobre todo asegurar una mejor distribución de alimentos,
por la paradoja es ésta: hay alimentos para todos, pero no todos pueden comer".
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