De la Mesa de Redacción
De nuestra afiliada la Voz de América
Una investigación de The Associated Press revela que la
cuenta de correos de la campaña electoral de Hillary Clinton no fue el único
blanco de los hackers rusos, que intentaron robar la correspondencia privada de
miles de funcionarios y entidades alrededor del mundo.
De acuerdo a la AP, unas 19.000 líneas de datos, compartidas
hace poco por la firma de ciberseguridad Secureworks, muestran que Fancy Bear
—el grupo de piratas informáticos al que agencias de inteligencia
estadounidenses acusan de interferir con las elecciones presidenciales del año
pasado— intentó acceder a más de 4.700 cuentas de correo de Gmail entre marzo
de 2016 y marzo de 2017.
Entre los blancos se encuentran un gerente del programa de
aviones caza furtivos de Lockheed Martin, entidades como la banda de punk Pussy
Riot, el entonces secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, el ex
secretario de Estado, Colin Powell, el entonces comandante supremo de la OTAN,
general Philip Breedlove, su sucesor, el exgeneral estadounidense Wesley Clark
y el líder de oposición rusa, Alexei Navalny.
También intentaron hackear a varios políticos ucranianos,
como Serhiy Leshchenko, que ayudó a descubrir los pagos clandestinos
supuestamente realizados a Paul Manafort, el gerente de campaña de Donald
Trump. Otros objetivos fueron Maria Alekhina, miembro de Pussy Riot, y rebeldes
islamistas que combaten contra el presidente de Siria, Bashar Assad, respaldado
a su vez por Rusia.
La lista da un contexto global al ataque a los demócratas a
principios de 2016, explicó Vasily Gatov, analista de medios rusos afincado en
Estados Unidos y que fue uno de los objetivos de Fancy Bear.
"Consiguieron robar dos años de emails", dijo el
general Powell a la AP. Aunque nunca supo con certeza quién fue el responsable
"siempre sospeché de los rusos", agregó.
“Completa el puzle”, dijo Gatov, que en principio era
escéptico ante la idea de que el espionaje ruso hubiera señalado a los
demócratas. “Ahora estoy convencido”.
Las acusaciones de que Fancy Bear trabaja para Rusia no son
nuevas. Pero ha sido difícil conseguir datos al respecto. La comunidad de
espionaje en Estados Unidos ha proporcionado pocas pruebas al público.
La lista de objetivos llegó a AP después de que Secureworks
encontrase una cuenta de Bitly utilizada por Fancy Bear para elaborar sus
correos maliciosos.
En la investigación de este reportaje, AP encontró una
conexión directa entre Fancy Bear y las filtraciones que sacudieron la carrera
por la presidencia de Estados Unidos en sus últimos compases. Todos los
demócratas que vieron publicada su correspondencia privada antes de las
elecciones habían sido atacados antes por Fancy Bear, ya fuera en sus cuentas
profesionales de Gmail o a través del Comité Nacional Demócrata, según
descubrió AP.
Incluso si solo una pequeña parte de las 4.700 cuentas de
Gmail atacadas por Fancy Bear quedaron comprometidas, los datos obtenidos de
ellas podrían alcanzar un volumen de varios terabytes, a la altura de algunas
de las filtraciones más grandes en la historia del periodismo.
Tan solo identificar y ordenar los objetivos requirió ocho
semanas para un equipo de seis periodistas de AP.
La investigación de AP ofrece “una pequeña idea de cuánto
trabajo requirió” este proyecto de hackeo, explicó Thomas Rid, profesor de
estudios estratégicos en la Facultad de Estudios Internacionales Avanzados de
la Universidad John Hopkins.
En la práctica, el documento es una lista de objetivos, que
según los expertos señala al Kremlin.
“Esta lista solo serviría a los intereses de un país”, dijo
Keir Giles, director del Centro de Investigación de Estudios de Conflicto en
Cambridge, Inglaterra, y uno de los cinco expertos que revisaron los hallazgos
de The Associated Press.
“Al margen de los inevitables desmentidos de Moscú, es la
única explicación que tiene sentido”, señaló.
Las autoridades rusas han tachado de “ridículas” y “al borde
de la fantasía” las acusaciones de que orquestaron los ataques. El viceministro
ruso de Exteriores, Sergei Ryabkov, dijo el miércoles que no había “ni un solo
trozo de prueba” para respaldar las acusaciones.
Sin embargo, los blancos de Fancy Bear identificados por AP
cuentan una historia diferente. En más de 100 entrevistas, muchos culparon a Moscú
por el ataque.
“No tenemos dudas
sobre quién está detrás de estos ataques”, dijo Artem Torchinskiy, miembro del
equipo de Navalny y que fue blanco de Fancy Bear en 2015. “Estoy seguro de que
estos son hackers controlados por servicios secretos rusos”.
Los grupos de objetivos más grandes estaban en Estados
Unidos, Ucrania, Rusia, Georgia y Siria. Los agresores intentaron atacar a
empleados de grandes proveedores de defensa del gobierno estadounidense y
trataron de robar correos de más de 130 demócratas y miembros del círculo
interno de Clinton, incluido su presidente de campaña, John Podesta, cuya
correspondencia se filtró en los últimos días de campaña.
La investigación podría acabar con cualquier teoría como la
que planteó el año pasado el entonces candidato a la presidencia de Estados
Unidos, Donald Trump, sobre que los ataques podrían ser obra de “alguien
sentado en su cama que pesa 181 kilos”.
“La idea de que esto fue solo un hacker solitario en algún
lugar es del todo absurda”, afirmó Rid.
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