De la Mesa de Redacción Rafael Castilleja
De Arcano Político
Viven en pobreza patrimonial cerca de 63 millones de
mexicanos. La brecha entre ésta y la pobreza alimentaria se ha ampliado y en
2014 fue mayor que en años anteriores. Aunque se podría decir que hay efectos
positivos de los programas sociales para enfrentar esa condición, el problema
se ha trasladado a las dificultades de vivienda y servicios, afirmó Adolfo
Sánchez Almanza, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM.
Al participar en el seminario Dimensiones espaciales de la
pobreza y la exclusión social en ciudades mexicanas, organizado en el Instituto
de Geografía (IGg), expuso que los municipios centrales tienen una situación
menos desfavorable que los periurbanos, los cuales “están peor en todos los
indicadores, como pobreza y desigualdad”.
El modelo económico impide el desarrollo con mejorías en los
indicadores de desigualdad, en la redistribución progresiva del ingreso y en la
reducción de la pobreza, subrayó.
En la ponencia Relaciones entre crecimiento económico,
desigualdad y pobreza en México, explicó que el avance tiene sus ciclos, pero
en el modelo de apertura comercial es menor, con mayor pobreza. “Hay igualación
en ciertos años, pero con crecimientos económicos bajos, es decir, nos
empobrecemos en general”.
Las zonas metropolitanas tienen un fuerte peso: 75 por
ciento del PIB y 56 por ciento de la población están en ellas, abundó.
En la presentación Crítica de las bases epistemológicas del
concepto de pobreza y su medición, Orlando Moreno y Guadalupe García Balderas,
de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, explicaron que ese fenómeno
ha sido evaluado bajo un solo criterio, que ha sido “construido desde la
hegemonía y tiende a cosificar las necesidades de los seres humanos, siempre
bajo una lógica mercantil; en consecuencia, omite otras formas de análisis”.
Por lo anterior, se plantea la necesidad de conceptualizarla
a partir de incluir realidades suprimidas, silenciadas o marginadas, tanto como
otras, emergentes o imaginadas.
No se trata, aclararon, de desacreditar el conocimiento
científico existente, sino de entender que puede ser analizado desde distintas
perspectivas. “El ser humano es complejo y muchas veces la cuantificación de
las necesidades no alcanza a reflejar del todo la realidad”.
Durante la inauguración, Adrián Guillermo Aguilar,
organizador del seminario, recordó que éste se enmarca en los trabajos del
proyecto de ciencia básica del Conacyt denominado Segregación socio espacial y
pobreza urbana en zonas metropolitanas de la región centro del país.
“Hemos tenido este
proyecto los últimos tres años y participa un grupo de académicos del IGg, del
Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) o del Colegio
Mexiquense. Su objetivo general es conocer y entender los nuevos patrones de la
segregación residencial”, señaló.
La segregación, consideró, se ha dado en diferentes ciudades
mexicanas; por ello, se requiere elaborar metodologías que puedan ser aplicadas
para comparar el proceso en varias urbes; analizar los espacios de pobreza que
se multiplican; conocer las características físicas de esos asentamientos y el
impacto que ha tenido para los pobres vivir ahí, así como analizar los factores
causales.
En Arcano Radio, asociada a RNU y a RFI, otra forma de
escuchar para ver el mundo, los conceptos de Adolfo Sánchez Almanza, del
Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM.
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