* Por orden del Presidente Enrique Peña Nieto, un experto
internacional realizó un estudio y concluyó que el Gobierno Federal debe
recibir y mantener el equipo
* El avión fue adquirido por la pasada Administración
Federal para sustituir al Boeing 757-200 “Presidente Juárez”, con 28 años de
servicio
* El nuevo avión operará con mayor seguridad, funcionalidad
y eficiencia
De la Mesa de Redacción Rafael Castilleja
De Arcano Político
Entregará al Estado Mayor Presidencial en las próximas
semanas el avión Boeing 787-8 “José María Morelos y Pavón”, adquirido por la
pasada Administración Federal, se informó en un comunicado de la Presidencia.
La fecha está condicionada a la realización de las últimas
pruebas y a la certificación del equipamiento interior por parte de la Federal
Aviation Administration de los Estados Unidos (FAA).
El avión operará dos semanas después de su arribo a México,
tiempo en el que concluirá el entrenamiento de las tripulaciones y personal de tierra.
Antecedentes de la adquisición
El 11 de noviembre de 2011, el entonces secretario de
Gobernación, Francisco Blake Mora, falleció en un trágico evento a bordo de un
helicóptero del Estado Mayor Presidencial que se estrelló en Chalco, Estado de
México, en el que también perdieron la vida los acompañantes del funcionario y
de los miembros de la tripulación.
A partir de ese hecho lamentable, en el dictamen del
Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal 2012, aprobado
el 15 de diciembre de 2011, los diputados exhortaron al Gobierno Federal “a que
realice las adecuaciones presupuestarias conducentes para renovar el avión, así
como el resto de las aeronaves asignadas a la Presidencia de la República, con
el objeto de garantizar la seguridad del Presidente de la República y los
secretarios de despacho de la Administración Pública Federal”.
En atención al exhorto; y con base en la evaluación técnica
y operativa realizada por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), así
como en las condiciones económicas analizadas por la Secretaría de Hacienda y
Crédito Público (SHCP), en noviembre de 2012 el Banco Nacional de Obras y
Servicios (Banobras) concretó la compra de una aeronave Boeing 787-8.
El costo total del avión, incluyendo ingeniería, instalación
de sistemas, adecuaciones de estructura, equipamiento de cabina,
certificaciones y un paquete de refacciones, fue de 218.7 millones de dólares,
que se pagaron a 13.5 pesos por dólar, dado que también se adquirió una
cobertura del tipo de cambio. Esto significa que el costo real, pagado en pesos
por la totalidad de la aeronave con su equipamiento, fue de 2,952.4 millones de
pesos.
Simultáneamente a la compra del avión, Banobras firmó un
contrato de arrendamiento financiero con el Gobierno Federal a 15 años, con lo
que al final de este periodo el equipo pasará a formar parte de los activos de
la Secretaría de la Defensa Nacional.
El arrendamiento financiero es el instrumento comúnmente
utilizado para la compra de este tipo de activos, que permite diferir su pago
en el tiempo y con ello reducir el impacto presupuestal en un momento
determinado, a fin de no afectar otros rubros de gasto.
El presidente ordena estudio
En un contexto de ajuste presupuestal, en septiembre pasado
el Presidente Enrique Peña Nieto ordenó que la SHCP realizara un estudio que
aportara los elementos necesarios para determinar, con base en elementos
técnicos, financieros y de Seguridad Nacional, la conveniencia de vender o
mantener el B787-8 para uso del Estado Mexicano.
En cumplimiento de la instrucción presidencial, Banobras
contrató a Ascend Flightglobal Consultancy, empresa internacional especializada
en valuación y asesoramiento para la compra y venta de aeronaves.
Esta empresa, basada en Londres, cuenta con la valuación de
más de 67 mil aviones en todo el mundo para aerolíneas, aviación corporativa,
empresas de arrendamiento aéreo e instituciones financieras. Cuenta con
certificados de la ISTAT (International Society of Transport Aircraft Trading),
organismo que establece y promueve estándares en la compra o venta de aviones
en el mundo.
El alcance del estudio incluyó la identificación del mercado
potencial para la eventual venta del avión; la evaluación de las condiciones y
tendencias del mercado; el tiempo previsible para realizar la venta; el valor
probable al que podría venderse la aeronave, así como las condiciones para su
realización.
Los principales resultados del estudio son los siguientes:
(i) De venderse la
aeronave a una aerolínea comercial, se tendría una pérdida muy significativa
respecto del valor de compra. Esto se debe a los costos y tiempos de
reconversión interna, así como a la pérdida del equipamiento actual. El consultor
estima que, si se vendiera a alguna aerolínea comercial, su venta podría
representar una pérdida de más del 58% de su costo (128.2 millones de dólares).
Dado lo anterior, el consultor considera que la aeronave debe mantener su
configuración actual, en lugar de ser reconvertida como equipo comercial.
(ii) De
comercializarse con su configuración actual en el mercado de aeronaves
privadas, se prevé que la venta podría concretarse en un plazo de entre 12 y 24
meses, dada las características de este mercado y la complejidad del contexto
económico actual. Si se vendiera en 24 meses, la pérdida podría ascender a 30%
de su valor (65.9 mdd) y en 36 meses a cerca de 35% (76.2 mdd).
(iii) El equipo fue
adquirido a un precio muy atractivo, por tratarse de uno de los primeros
aviones B 787-8 en fabricarse y adquirirse a precio de flotilla. La aeronave
(sin equipamiento) tuvo un costo de 114.6 millones de dólares cuando su precio
en el mercado—al momento de la compra—era de alrededor de 200 millones de
dólares. Es decir, se adquirió con un descuento de 42.7%.
(iv) El costo de las
adecuaciones, que incluye ingeniería, instalación de sistemas, adecuaciones de
estructura, equipamiento de cabina y certificaciones, fue de 81 millones de
dólares y se encuentra en el rango bajo de los equipamientos estándar de
aviones privados de esta dimensión, que oscila entre los 75 y los 125 millones
de dólares.
(v) El avión comprado es una de las mejores alternativas en
términos de eficiencia en costos disponibles en el mercado.
(vi) Dado que
prevalece la necesidad de sustituir el equipo actual—que tiene 28 años de
antigüedad—existen muy bajas probabilidades de encontrar un avión alternativo
con mejores condiciones en el mercado. Actualmente, el precio de lista sin
equipamiento de un B787-8, una de las aeronaves de cabina ancha más pequeñas y
económicas del mercado, es de 218.4 millones de dólares, esto es 90.6% superior
al costo que se pagó originalmente.
En virtud de la pérdida que ocasionaría la venta al erario
público y a que prevalecería la necesidad de renovar el avión presidencial a un
tipo de cambio mayor, se determinó conservar la propiedad de la citada
aeronave.
Consideraciones de seguridad y funcionalidad
Los presidentes de la nación, requieren de un equipo de
transportación seguro, confiable y eficiente, para el desempeño de sus
funciones, de sus equipos de trabajo y de los representantes de medios de
comunicación que cubren sus actividades. En promedio, 60% de los pasajeros en
cada vuelo del avión presidencial, son periodistas.
Debido a esta consideración de Seguridad Nacional, los
requerimientos de la aeronave fueron determinados por la Secretaría de la
Defensa Nacional.
Si bien el avión Boeing 757-225 “Presidente Juárez” opera
con altos estándares de seguridad, ha volado por más de 28 años y presenta signos inevitables de añejamiento y
obsolescencia. Por ejemplo, está impedido a aterrizar en distintas ciudades del
mundo por los niveles de contaminación sonora que emite, lo que reduce la
eficiencia en el desarrollo de la agenda presidencial.
Entre 1987 y 2015 ha realizado 2,662 vuelos en 953 giras
nacionales y 323 internacionales; ha realizado 4,668 aterrizajes y 154 escalas
en giras internacionales. En 2015, transportó 5,151 pasajeros.
En virtud de que el modelo B757-225 se dejó de fabricar en
2005, el abastecimiento de partes y suministros es cada vez más escaso, lo que
incrementa su costo y tiempo de mantenimiento.
Precisamente porque ya no
existen refacciones para los tanques de combustible con los que se configuró
originalmente, éstos tuvieron que sustituirse por otros de menor capacidad lo
que reduce su autonomía de vuelo, obligando a realizar un mayor número de
escalas en trayectos transoceánicos.
Para la selección del nuevo avión de la flota presidencial,
se consideraron los modelos Boeing 787-8 y 767-300, así como el Airbus
A330-300.
La Sedena evaluó que el B787-8 ofrece mejores condiciones de
desempeño entre las que destacan:
* Mayor autonomía de vuelo, tanto en despegues desde la
Ciudad de México como a nivel de mar;
* Tiene un alcance de 13,900 kilómetros, lo que le permite
volar sin escalas a cualquier destino de los continentes Americano, Europeo,
Africano en su región noroccidental, así
como algunos de la parte oriental y occidental de Asia y de la parte oriental
de Oceanía;
* Consume hasta 20% menos combustible que otros aviones de
su categoría;
* Produce 60% menos contaminación sonora que aviones
similares;
* Cuenta con sistemas de navegación, aproximación y
aterrizaje utilizando medios terrestres, satelitales y autónomos, que permiten
la realización de rutas con mayor precisión y en toda condición atmosférica,
con lo que se incrementa la seguridad y confiabilidad en la operación;
* Su fuselaje está construido principalmente de materiales
compuestos (fibra de carbono) que ofrecen menor peso y mayor resistencia al desgaste y a la
corrosión;
* Su diseño aerodinámico disminuye el efecto de la turbulencia
en vuelo;
* Está equipado con motores General Electric de última
generación diseñados para volar 20,000 horas o 16 años antes de su primera
revisión mayor;
* Puede operar en el 92 % de los aeropuertos nacionales en
los que se ha utilizado el “Presidente Juárez”.
Espacio de Trabajo
El avión “José María Morelos y Pavón” podrá transportar
hasta 80 pasajeros, 20 más de la capacidad del “Presidente Juárez” actualmente
en funcionamiento.
Cuenta con equipos en telecomunicaciones satelitales e
Internet, lo que permitirá que el Presidente de la República reciba y transmita
información permanentemente desde cualquier parte del mundo, lo que facilitará
el desahogo de su agenda de trabajo incluso en vuelos de larga distancia.
Tiene una vida útil estimada de 25 años, por lo que estará
en servicio hasta el año 2040. Es decir, podrá estar a disposición de al menos
cinco titulares del Ejecutivo del país, de sus equipos de trabajo y los medios
de comunicación que reportan cotidianamente las actividades del Presidente de
la República.
Uso futuro del “Presidente Juárez”
El avión Boeing 757 “Presidente Juárez” se mantendrá como
parte de la flota aérea del Estado Mayor Presidencial. Fungirá como avión de
respaldo cuando el avión “José María Morelos y Pavón” se encuentre en
mantenimiento.
Descarga el estudio completo sobre la aeronave aquí
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