* Se adaptó y evolucionó según las características genéticas de las poblaciones
De la Mesa de Redacción Rafael Castilleja
De Arcano Político
Se calcula que viven 180 mil mexicanos (entre adultos y
niños) con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y el síndrome de
inmunodeficiencia adquirida. Además, el 95.1 por ciento lo adquirió por
relaciones sexuales no protegidas, el 2.9 por vía sanguínea y el dos por
transmisión perinatal, según datos del Centro Nacional para la Prevención y el
Control del VIH y el Sida (Censida).
Para ahondar en el tema, Santiago Ávila Ríos, investigador
en Ciencias Médicas en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias
(INER), impartió la conferencia Epidemiología molecular y evolución del VIH, en
el marco de la XII Semana de Virología 2015, organizada por la Facultad de
Medicina (FM) de la UNAM.
El padecimiento, explicó, se ha adaptado y evolucionado
según las características genéticas de las poblaciones, algo que podría ser
clave para crear futuras vacunas o curas.
Sobre su experiencia en el INER, refirió que se cuenta con
una clínica pequeña para pacientes seropositivos que inició con la finalidad de
tratar afecciones respiratorias en sujetos con VIH, pero el área creció para
convertirse en un espacio de atención integral que hoy da servicio a más de mil
500 individuos.
Fármacos retrovirales
Se ha descubierto que los antirretrovirales ayudan a que la
enfermedad no se replique. Por ejemplo, los inhibidores de proteasa impiden la
maduración del virus, aunque también están los de integrasa, menos utilizados
en el país, dijo.
Hay un panorama amplio de fármacos y todos, en las
combinaciones adecuadas, permiten cambiar la historia natural de la infección,
al grado que ya no es considerada una enfermedad mortal, sino crónica, es
decir, controlable.
Estos tratamientos otorgan periodos largos con alta calidad
de vida, similares a la expectativa de la población en general. Sin embargo, no
se erradica porque el virus forma reservorios (conjunto de células con VIH
integral, pero inactivas) que conllevan la información, pero no producen
activamente el agente infeccioso y por eso no son blanco de la terapia
retroviral ni de la respuesta inmune.
Nuevos estudios han revelado que para eliminarlo es preciso
consumir antirretrovirales por más de 70 años.
Se han dado casos donde una persona deja el tratamiento y
las células se activan y producen nuevamente el virus, por ello se requiere una
adherencia estricta, pues si los niveles del medicamento en la sangre cambian,
el agente microscópico se expone a multiterapias o biterapias y se dan
mutaciones más fuertes.
A esto se le llama resistencia adquirida y en ocasiones se
transmite a más individuos. “Mientras más se utilizan los fármacos de una
región, surge una tolerancia como consecuencia natural”, afirmó Ávila Ríos.
El VIH se transmite dentro de la misma población
de un país, pues hay pocas redes internacionales. Por tal motivo, es
fundamental realizar estudios de vigilancia para saber a qué enfrentarse y qué
tendencias se registran, concluyó.
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