Arcano de la Salud
Personas de edad avanzada esperando recibir la vacunacontra
la COVID-19 en un centro de vacunación enLima, Perú. UNICEF/Jose Vilca
El objetivo de la iniciativa COVAX, que cuenta con el apoyo de la ONU, es inyectar dos mil millones de dosis de la vacuna contra el coronavirus a una cuarta parte de la población de los países más pobres para finales de 2021. ¿Cuáles son los principales retos que hay que superar para lograr esta histórica meta global?
De la mesa de redacciónDe nuestra asociada RNU
Desde las primeras fases de la pandemia, la Organización
Mundial de la Salud (OMS) ha defendido la necesidad de adoptar un enfoque
coordinado para garantizar que todo el mundo y no sólo las personas que viven
en los países ricos reciban una protección adecuada contra el virus, ya que la
enfermedad se extendió rápidamente por todo el planeta. La vacunación
representa una parte clave en la respuesta para acabar con la pandemia de
COVID-19.
A partir de esta inquietud surgió el mecanismo COVAX*, la
única iniciativa global que trabaja codo a codo con los gobiernos y las
empresas farmacéuticas para garantizar que las vacunas contra el COVID-19 estén
disponibles en todo el mundo, tanto para los países de ingresos altos como para
los de ingresos bajos.
A continuación, le presentamos los cinco principales retos a
los que se enfrenta COVAX y cómo pueden superarse.
Un trabajador sanitario recoge un vial de la vacuna COVID-19de AstraZeneca de un recipiente refrigerado en Uganda.UNICEF/Adrian Musinguzi
1) El control sobre las exportaciones: ¿el eslabón más débil?
El pasado mes de octubre UNICEF anunció que antes de finales
del 2020 dispondría en sus almacenes de más de 500 millones de jeringuillas
como parte de los preparativos para la futura vacuna contra el COVID-19. Esta
medida preventiva dio sus frutos ya que los países productores de jeringuillas
establecieron controles a su exportación, se dispararon los precios y se
limitaron los suministros.
Al mismo tiempo, varios países establecieron controles a la
exportación de vacunas, una decisión que provocó la advertencia de la
Organización Mundial de la Salud contra el llamado “nacionalismo de las
vacunas", que alienta su acaparamiento, provoca una subida de precios y,
en última instancia, solo alarga la pandemia, las restricciones necesarias para
contenerla y el sufrimiento humano y económico.
Conseguir inyectar las dosis supone establecer una compleja
cadena de suministro mundial que incluye desde los componentes necesarios para
producir la vacuna, pasando por los frascos y los tapones plásticos, hasta las
jeringuillas, entre otros. Por ello, la prohibición o el control de las
exportaciones de cualquiera de estos productos puede provocar importantes
trastornos en la distribución de las inmunizaciones.
Las múltiples fórmulas aplicadas al control de las
exportaciones pueden limitar su suministro. Por ello, los países más pobres
tendrán muchas más posibilidades de proteger a sus ciudadanos si consiguen
fabricar las vacunas.
Una condición que forma parte del apoyo de la Organización
Mundial de la Salud a los países en sus esfuerzos por adquirir y mantener la
tecnología y la capacidad de producción de vacunas, como nos explica Diane
Abad-Vergara, jefa de comunicaciones de COVAX en esa agencia de la ONU.
“Mediante iniciativas como la Red de Fabricantes de Vacunas
de los Países en Desarrollo, se les ayuda a crear bases de fabricación
adicionales -especialmente en África, Asia y América Latina- que serán
esenciales para satisfacer la demanda actual de refuerzos de COVID-19 y de
futuras vacunas. Ampliar la producción a nivel mundial haría que los países
pobres dependieran menos de las donaciones de los ricos".
En las zonas remotas de Uganda, las vacunas seentrega a
pie, en barcos y en motocicletas.UNICEF/Henry Bongyereirwe
2) No es fácil llevar las vacunas a quienes las necesitan
Aunque todos los países que forman parte del mecanismo COVAX
cuentan con la infraestructura necesaria para sacar los palés de vacunas de los
aviones de carga y transportarlos a almacenes refrigerados, los pasos
siguientes pueden ser más complicados.
"Ghana, el primer país que recibió las dosis de COVAX,
presenta un buen historial de distribución de dosis", dice Gian Gandhi,
coordinador mundial de COVAX de UNICEF, "pero otros países, como los del
África Occidental francófona, tuvieron dificultades para reunir los recursos
necesarios en el reparto y la distribución de las dosis por todo su territorio
y en las ciudades y en los pueblos donde son necesarias. Esto significa que, en
muchos de los países más pobres, la mayoría de las dosis se distribuyen en los
grandes centros urbanos".
Ghandi afirma que el objetivo es “garantizar que nadie se
quede sin vacuna", pero que "a corto plazo, la concentración de dosis
en las ciudades permite priorizar la vacunación del personal sanitario y otros
trabajadores de primera línea en las zonas urbanas, donde la mayor densidad de
población les hace correr un mayor riesgo de exposición".
Vacunación contra el COVID en Mongolia.© UNICEF/Khasar
Sandag
3) El despliegue en los países más pobres requiere más fondos
Acelerar el reparto y
entrega de las vacunas de los almacenes urbanos a las zonas remotas requiere
dinero.. "En la respuesta a una pandemia, la financiación es una
preocupación constante", dice Abad-Vergara.
"Para continuar el suministro de vacunas durante 2021 a
sus 190 miembros, COVAX necesita al menos 3200 millones de dólares. Cuanto más
rápido se alcance este objetivo, antes se podrán administrar las vacunas".
Las contribuciones de varios países, especialmente los de la
Unión Europea, el Reino Unido y Estados Unidos, han ayudado en gran medida a
paliar el déficit de financiación de las inmunizaciones. Sin embargo, la
dotación para el suministro de esas vacunas es más problemática.
UNICEF calcula que se necesitan 2000 millones de dólares
adicionales para ayudar a los 92 países más pobres con gastos esenciales, como
frigoríficos, formación del personal sanitario, gastos de los vacunadores y
combustible para los camiones frigoríficos de reparto. Por esa razón, solicita
a los donantes que desembolsen de forma inmediata 510 millones de dólares como
parte de un llamamiento humanitario que permita atender las necesidades
urgentes.
La vacuna Pfizer-BioNtech es la primera vacuna que ha
sido
distribuida en los países. BioNTech
4) Los países más ricos deben compartir las vacunas
COVAX compite directamente con los países que hacen tratos
bilaterales directos con las compañías farmacéuticas, lo que ejerce una presión
adicional sobre el suministro disponible de vacunas contra el COVID-19. A su
vez, los países ricos cuentan con un excedente de dosis.
Gandhi llamó a estos países a compartir las dosis sobrantes
y a que “se comprometan con COVAX y UNICEF lo antes posible”, ya que “harán
falta ciertos equilibrios legales, administrativos y operativos para llevar las
inmunizaciones a donde se necesiten. Desgraciadamente, en estos momentos no
vemos demasiados países de renta alta dispuestos a compartir".
"El enfoque actual del 'yo primero' favorece a los
países que más pueden pagar y, en última instancia, comportará un mayor coste
económico y en términos de vidas", advierte Abad-Vergara. "Pero es
importante señalar que los acuerdos bilaterales no impiden que un país reciba
dosis o contribuya a COVAX".
Un cartel contribuye a disipar los mitos sobrela vacuna
COVID-19 en Nueva Delhi, India. UNICEF/Sujay Reddy
5) Las dudas sobre la vacunación, un motivo de preocupación constante
Aunque está de sobra demostrado que la vacunación salva
vidas, la reticencia a vacunarse, un problema que afecta a todos los países,
continúa siendo un obstáculo a enfrentar de forma permanente.
Esta dificultad se debe, en parte, a la gran cantidad de desinformación
que rodea todos los aspectos delCOVID-19, que ya era motivo de preocupación
incluso antes de que se declarara la emergencia sanitaria mundial, y que la ONU
lanzara en mayo la iniciativa Verified (Verificado) que busca combatir las
falsedades y los mensajes distorsionados con información fiable y precisa en
torno a la crisis.
"Durante de la pandemia se ha difundido una gran
cantidad de información errónea", dijo Abad-Vergara. "La OMS trabaja
intensamente para combatirla, además de generar confianza en las vacunas e
involucrar a las diferentes comunidades".
*COVAX es parte de un esfuerzo global sin precedentes para suministrar
vacunas para al menos el 20% de la población de cada país participante durante
2021, con el fin de proteger a las personas en mayor riesgo de presentar formas
graves de COVID-19 y salvar vidas. En América, 36 países recibirán vacunas a
través del Mecanismo COVAX, de los cuales 26 lo harán con financiamiento propio
y diez lo harán sin costo.
El Fondo Rotatorio de la Organización Panamericana para la Salud es el
mecanismo designado por COVAX para adquirir las vacunas en nombre de los países
de la región.
COVAX está codirigido por Gavi, la Alianza para las Vacunas, la
Organización Mundial de la Salud y la Coalición para las Innovaciones en la
Preparación ante las Epidemias (CEPI), y trabaja en asociación con UNICEF, el
Fondo Rotatorio de la OPS, así como con el Banco Mundial, organizaciones de la
sociedad civil, fabricantes y otros.
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