* Discutirán el bajo crecimiento, el elevado nivel de desigualdad y el lento avance de las reformas estructurales: FMI
* Necesario aplicar política contundentes para evitar una trampa de bajo crecimiento
De la Mesa de Redacción Rafael Castilleja
De Arcano Político
Viaja este viernes 2 de septiembre el presidente de México,
Enrique Peña Nieto con un séquito de 12 acompañantes, a la ciudad de Hangzhou,
provincia de Zhejiang, en la República Popular China, para participar en las 5
sesiones de la Cumbre de Líderes del Grupo de los Veinte (G20), los días 4 y 5
de septiembre.
El bajo crecimiento, el elevado nivel de desigualdad y el
lento avance de las reformas estructurales son algunos de los temas principales
que los líderes del G-20 debatirán en la reunión que celebrarán en Hangzhou,
China, este fin de semana, adelantó la francesa Christine Lagarde, Directora
Gerente del Fondo Monetario Internacional.
Esta reunión tiene lugar en un momento importante para la
economía mundial. El péndulo de las políticas podría inclinarse en contra de la
apertura económica, y si no se adoptan medidas de política contundentes, el
mundo podría registrar tasas de crecimiento decepcionantes por mucho tiempo.
Compartimos el escrito de la funcionaria en el portal del
FMI:
El año 2016 será el quinto año consecutivo con un
crecimiento del PIB mundial por debajo de su promedio a largo plazo del 3,7%
(1990-2007), y 2017 podría ser el sexto. Desde principios de los
años noventa, cuando los efectos de contagio derivados de la transición
económica provocaron una desaceleración del crecimiento, no se ha visto un
debilitamiento de la economía mundial por tanto tiempo. ¿Qué ha ocurrido?
En las economías avanzadas, el crecimiento real se mantiene
casi un punto porcentual completo por debajo del promedio de 1990-2007.
Muchas siguen viéndose afectadas por los legados de la
crisis, como el sobreendeudamiento público y privado, y el deterioro de los
balances de las instituciones financieras. El resultado ha sido una demanda
persistentemente débil.
Cuanto más se prolongue el debilitamiento de la demanda,
mayores serán las repercusiones sobre el crecimiento a largo plazo, dado que
las empresas reducen su capacidad de producción y los trabajadores desempleados
abandonan la fuerza laboral y sus aptitudes críticas se deterioran. La débil
demanda también provoca una caída del comercio, lo que se suma al crecimiento
decepcionante de la productividad.
Del lado de la oferta, la desaceleración de la productividad
y las tendencias demográficas adversas están frenando el crecimiento potencial,
una tendencia iniciada antes de la crisis financiera mundial. Y dado que las
expectativas de que el crecimiento sea más vigoroso en el futuro próximo son
mínimas, las empresas tienen aún menos incentivos para invertir, lo cual daña
la productividad y las perspectivas de crecimiento a corto plazo.
Las economías emergentes también han experimentado una
desaceleración, aunque con respecto a un nivel de crecimiento excepcionalmente
rápido en la última década. Por lo tanto, esta desaceleración es más bien una
vuelta a la norma histórica. La evolución
dentro de las economías emergentes es bastante diversa. En 2015, por
ejemplo, el PIB en dos de las cuatro economías más grandes de la región —China
e India— creció entre 7%-7½%, mientras
que se contrajo cerca del 4% en las otras dos, Rusia y Brasil. Sin embargo,
existen factores comunes importantes:
Uno de ellos es el reequilibramiento de la economía china
desde la inversión hacia el consumo, y desde la demanda externa hacia la
demanda interna. Si bien una economía china estable que crezca a tasas
sostenibles es, en definitiva, favorable para la economía mundial, la
transición es costosa para los socios comerciales que dependen de la demanda
china para sus exportaciones. También puede con el tiempo provocar brotes de
volatilidad financiera.
El segundo factor, vinculado al anterior, es el fuerte
descenso de los precios de las materias primas, que ha afectado negativamente
al ingreso disponible de muchos países exportadores de materias primas. El
ajuste de los países exportadores de materias primas a esta nueva realidad será
difícil y prolongado. En ciertos casos, requerirá un cambio de modelo de
crecimiento.
El débil crecimiento mundial que interactúa con un aumento
de la desigualdad está generando un clima político en el cual las reformas se
estancan y los países recurren a políticas proteccionistas. En una amplia
muestra representativa de economías avanzadas, el ingreso del 10% superior
aumentó en alrededor del 40% en los últimos 20 años, mientras que creció de
manera muy moderada en los grupos de ingreso más bajo (gráfico 2). La
desigualdad también ha aumentado en muchas economías emergentes, aunque el
impacto en los pobres a veces ha quedado neutralizado por un sólido crecimiento
general del ingreso.
Es necesario aplicar medidas de política contundentes para
evitar lo que podría convertirse en una trampa de bajo crecimiento. Estos son
para mí los principales elementos de la agenda para reforzar el crecimiento
mundial:
Primer elemento: El apoyo a la demanda en las economías que
operan por debajo de su capacidad. En los últimos años, esta tarea se ha
delegado principalmente en los bancos centrales. Pero la política monetaria
está sometida a una presión cada vez mayor, dado que varios bancos centrales
están operando con tasas de política monetaria que ya se encuentran en su
límite inferior efectivo o cercana a este límite.
Esto significa que la política fiscal debe desempeñar un
papel más importante. Donde exista margen de maniobra fiscal, las tasas de
interés históricamente bajas brindan la excelente oportunidad de impulsar la
inversión pública y actualizar la infraestructura.
Segundo elemento: Las reformas estructurales. Los países
podrían hacer mucho más en este ámbito. Hace dos años, los miembros del G-20 se
comprometieron a aplicar reformas que elevarían su PIB colectivo en un 2%
adicional en 5 años. Sin embargo, en la evaluación más reciente, las medidas
implementadas hasta la fecha equivalen como máximo a la mitad de esta cifra.
Por lo tanto, es urgente aplicar más reformas. Los estudios del FMI muestran
que las reformas son más eficaces cuando se focalizan en los ámbitos donde las
brechas son más patentes y tienen en cuenta el nivel de desarrollo y la
posición en el ciclo económico.
Tercer elemento: La revitalización del comercio mediante la
reducción de los costos comerciales y la disminución de las barreras
comerciales temporales. Es fácil culpar al comercio de todos los males que
afectan a un país, pero frenar el libre comercio supondría paralizar un motor que
ha permitido conseguir mejoras sin precedentes del bienestar en todo el mundo a
lo largo de muchas décadas. Sin embargo, para que el comercio beneficie a
todos, las autoridades económicas deberían ayudar a aquellos que se vean
negativamente afectados a través de la recapacitación, el fortalecimiento de
las capacidades, la asistencia profesional y la movilidad geográfica.
Por último, las políticas deben garantizar una distribución
más amplia de los beneficios del crecimiento. Los impuestos y las prestaciones
deberían reforzar los ingresos en los tramos inferiores y recompensar el
trabajo. En muchas economías emergentes, es preciso fortalecer las redes de
protección social. La inversión en educación puede mejorar la productividad y
las perspectivas de los trabajadores de salarios bajos.
Hace falta valentía política para implementar esta agenda.
Sin embargo, si no se toman medidas se corre el riesgo de revertir la
integración económica mundial, y por lo tanto paralizar un motor que, durante
décadas, ha creado y distribuido riqueza en todo el mundo. Este riesgo es, en
mi opinión, demasiado grande.
EPN con séquito de 12, destaca la actriz exclusiva de
televisa en protagónico de primera dama
Por otro lado, con base en el comunicado 379 de la
Secretaría de Relaciones Exteriores, el G20 es el foro internacional más
importante para la toma de decisiones sobre la gobernanza económica global, con
el valor agregado de incluir tanto a países desarrollados como a economías
emergentes.
Su objetivo es fortalecer el sistema financiero
internacional y lograr que la economía mundial crezca de manera fuerte,
sostenida y equilibrada.
En 2016, la Presidencia del grupo corresponde a China, cuyas
prioridades son abrir nuevas rutas para el crecimiento económico, lograr una
gobernanza económica y financiera global más efectiva y eficiente, robustecer
el comercio internacional y la inversión, y alcanzar un desarrollo incluyente e
interconectado.
La temática de la Cumbre de Hangzhou se centra en establecer
las bases para una economía mundial innovadora, fortalecida, interconectada e
incluyente.
El Presidente Peña Nieto participará, junto con los demás
Líderes del G20, de los países invitados y de organismos internacionales, en
cinco sesiones de trabajo, en las que se dialogará los siguientes temas:
La situación de la economía mundial y el papel de la
innovación, la economía digital, la nueva revolución industrial y las reformas
estructurales en el crecimiento económico.
La reforma y regulación de la arquitectura financiera
global, el financiamiento verde, la política fiscal y la cooperación internacional
en materia tributaria, la gobernanza energética y la lucha contra la
corrupción.
El crecimiento del comercio internacional, el
fortalecimiento del sistema multilateral de comercio, las políticas globales de
inversión y la promoción de cadenas de valor incluyentes.
La contribución del G20 a la implementación de la Agenda
2030 de Desarrollo Sostenible, la industrialización en África y en los países
menos desarrollados, la política laboral y la seguridad alimentaria.
Otros asuntos que afectan a la economía mundial, como los
retos globales de salud, los desplazamientos humanos, el cambio climático y la
desarticulación de las redes transnacionales de financiamiento para el
terrorismo.
Los temas que México impulsará de manera prioritaria en la
Cumbre de Hangzhou son:
Destacar la importancia de las reformas estructurales como
herramienta transformadora para elevar la productividad, detonar las
oportunidades de crecimiento y hacer frente a los desafíos que presenta la
economía mundial.
Contribuir a la reactivación del comercio internacional y
reiterar el compromiso de los países del G20 de no instrumentar medidas
proteccionistas.
Impulsar mecanismos que faciliten los flujos de inversión en
infraestructura de alta calidad para mejorar la inclusión y la conectividad.
Promover la inclusión financiera como estrategia para una
participación efectiva y responsable de toda la sociedad en un sistema
financiero sólido.
Impulsar la contribución colectiva del G20 a la
implementación de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible.
Al terminar la Cumbre, los Líderes adoptarán una Declaración
con el contenido de los principales acuerdos y compromisos alcanzados.
El presidente Peña Nieto viaja a China acompañado de los
secretarios de Relaciones Exteriores, Claudia Ruiz Massieu; de Economía,
Ildefonso Guajardo; del General de Brigada Roberto Miranda, Jefe del Estado
Mayor Presidencial; del Vocero y Coordinador de Comunicación Social de la
Presidencia, Eduardo Sánchez.
También se incluyeron al subsecretario de Relaciones
Exteriores, Carlos de Icaza; Juan Carlos Baker, subsecretario de Comercio
Exterior; de Carlos Pérez Verdía, Coordinador de Asesores de la Presidencia;
del embajador de México en China, Julián Ventura; Ana Paola Barbosa, Jefa de la
Oficina de la Canciller, y del CP Jorge Corona, Secretario Auxiliar del
Presidente, y del director de Protocolo, Juan Carlos Lara.
Destaca la actriz exclusiva de televisa en su protagónico de
primera dama, Angélica Rivera Hurtado de 47 años de edad.
El G20 es una plataforma estratégica para consolidar el
papel de México como un actor con responsabilidad global, que contribuye de
manera constructiva y al más alto nivel a atender los retos que enfrenta la
economía mundial.
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