lunes, 29 de mayo de 2017

Mata el tabaquismo a 6 millones al año en el mundo, diez mil son mexicanos (Video)

De la Mesa de Redacción Rafael Castilleja
De Arcano Político

Mueren anualmente diez mil mexicanos por cáncer de pulmón que suma diez mil casos nuevos al año, subrayó en la Ciudad de México Oscar Gerardo Arrieta Rodríguez, coordinador de la Clínica del Pulmón del Instituto Nacional de Cancerología (INCan), en la víspera del Día Mundial sin Tabaco, que se conmemorará el próximo 31 de mayo.

El lema del Día Mundial Sin Tabaco 2017 celebrado desde 1987 es: El tabaco, una amenaza para el desarrollo. Tiene el propósito de fomentar un período de 24 horas de abstinencia de todas las formas de consumo de tabaco alrededor del mundo.

En la campaña se demostrará que la industria del tabaco compromete el desarrollo sostenible de todos los países, incluidos la salud y el bienestar económico de sus ciudadanos.

Además, se propondrán medidas de lucha contra la crisis mundial causada por el tabaquismo que deberán adoptar las autoridades y la opinión pública para promover la salud y el desarrollo.

La Organización Mundial de la Salud refiere que el consumo de tabaco mata cada año a casi 6 millones de personas, una cifra que, según las previsiones, aumentará hasta más de 8 millones de fallecimientos anuales en 2030 si no se intensifican las medidas para contrarrestarlo. El tabaquismo es perjudicial para cualquier persona, con independencia de su sexo, su edad, su raza, su cultura y su educación. Causa sufrimiento, enfermedades y fallecimientos, empobrece a las familias y debilita las economías nacionales.

Obliga a aumentar el gasto sanitario y produce una reducción de la productividad, generando costos sustanciales para la economía de los países. Además, el consumo de tabaco agrava las desigualdades sanitarias y la pobreza, ya que las personas más pobres dedican menos recursos a necesidades básicas como la alimentación, la educación y la atención sanitaria. Cerca del 80% de las muertes prematuras causadas por el consumo de tabaco se registran en países de ingresos bajos y medianos, que tienen más dificultades para alcanzar los objetivos de desarrollo.

En el cultivo del tabaco se utilizan grandes cantidades de plaguicidas y fertilizantes que pueden ser tóxicos y contaminar fuentes de suministro de agua. Cada año, estos cultivos utilizan 4,3 millones de hectáreas de tierra y causan entre un 2% y un 4% de deforestación del planeta. Además, la fabricación de productos de tabaco genera 2 millones de toneladas de residuos sólidos.

El Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT de la OMS) es la referencia en la lucha contra la epidemia del tabaco a nivel mundial. Se trata de un tratado internacional al que se han adherido 180 partes (179 países y la Unión Europea). Más de la mitad de los países del mundo, que engloban a 2800 millones de personas (cerca del 40% de la población mundial), han aplicado en su totalidad al menos una de las medidas más costoeficaces de la CMCT de la OMS. Cada vez son más los países que aplican medidas de protección para evitar que la industria tabacalera interfiera en las políticas públicas sobre lucha antitabáquica.

El aumento de US$ 1 el impuesto sobre los cigarrillos se recaudarían US$ 190 000 millones más que podrían utilizarse en políticas de desarrollo. El incremento de estos impuestos genera ingresos fiscales para los gobiernos, puede reducir la demanda de tabaco y es una fuente de ingresos importante para financiar actividades de desarrollo.

En México, El tabaquismo es responsable de 85 por ciento de los casos de cáncer de pulmón, una enfermedad que ocasiona la muerte de prácticamente todos los pacientes, afirmó el coordinador de la Clínica del Pulmón del Instituto Nacional de Cancerología (INCan), Óscar Arrieta.

En el marco del Día Mundial sin Tabaco, que se conmemorará el próximo 31 de mayo, dijo que el cáncer de pulmón es la primera causa de muerte por cáncer en México y en el mundo. Al año, en el país se presentan alrededor de 10 mil casos nuevos y casi el mismo número de muertes por esta causa.

Al ser una enfermedad asintomática, “silenciosa”, no se detecta en etapa temprana, porque las personas acuden al servicio médico hasta que se encuentran en periodo avanzado, “cuando ya no hay nada que hacer”.

El 0.6 por ciento de los casos se diagnostica a tiempo; 24 por ciento localmente avanzado, y cerca del 65 por ciento en periodo crítico.

El especialista explicó que cuando el tumor crece e invade el bronquio, los síntomas son tos con sangre y falta de aire.

Cuando esté tipo de cáncer se disemina, el enfermo pierde peso y siente malestar general. Si afecta el hueso, ocasiona dolor, que obliga a la persona a acudir al servicio médico.

Muchos casos no se registran como cáncer de pulmón, porque el afectado fallece con diagnóstico de neumonía o tuberculosis.

Óscar Arrieta precisó que otros factores que contribuyen al desarrollo de esta patología, son la exposición al humo de leña y a minerales como el asbesto, y a la tuberculosis.

Los tratamientos dependen del tipo de tumor. En la actualidad, se trata de personalizar esta atención, primero con la realización de estudios para definir tipos de mutación o cambios en el DNA que puedan predecir la respuesta al tratamiento, con el propósito de que sean específicos para cada paciente.

Lo más conveniente es el tratamiento local, que consiste en cirugía, radioterapia o radiocirugía. Con alguna de las diferentes modalidades el paciente puede tener control de la enfermedad en etapa temprana.

En etapa localmente avanzada, cuando el tumor no se puede extirpar mediante cirugía, por el riesgo de dañar vasos sanguíneos grandes, corazón y vertebras, el tratamiento es con radioterapia y quimioterapia.


En periodo avanzado, se aplica quimioterapia para mejorar la expectativa de sobrevida, pero no se cura.

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