Por Jordi TRUJOLS
Periodista de nuestra asociada RNU
Refugiados rohingya en
Bangladesh.
Foto de archivo: ACNUR/Saiful
Huq Omi.
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El paso del ciclón Mora por el sudeste de Bangladesh afectó
a cientos de miles de refugiados rohingya que viven en campamentos y
asentamientos provisionales, pero no se registraron fallecimientos gracias a la
coordinación entre la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para
los Refugiados (ACNUR) y las autoridades locales.
Antes de la llegada del ciclón, ACNUR preparó escuelas y
otros edificios comunitarios que sirvieron para dar cobijo a los refugiados.
Gracias a esas medidas solo se reportaron 20 heridos.
Las primeras estimaciones de daños indican que alrededor de
un 20% de los hogares fueron destruidos por completo y el resto sufrió
desperfectos de diversa magnitud.
ACNUR colabora en las tareas de reconstrucción con la distribución
de láminas de plástico que sirven como albergues provisionales y trasladó
temporalmente a sitios más seguros a los refugiados con necesidades específicas
como niños, mujeres embarazadas, ancianos y discapacitados.
Ante la falta de provisiones entre las comunidades
afectadas, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) empezó a repartir galletas de
alto valor energético.
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