De la Mesa de Redacción
De CERIGUA
Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, durante la presentación del Panorama Social de América Latina 2016. Foto: Carlos Vera/CEPAL |
La desigualdad en la distribución del ingreso de las
personas disminuyó en América Latina entre 2008 y 2015, gracias a la prioridad
que dieron los países a los objetivos de desarrollo social, pero su ritmo de
descenso se enlenteció entre 2012 y 2016 y los niveles actuales siguen siendo
muy elevados para alcanzar el desarrollo sostenible, alertó la Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, dijo que
la distribución del ingreso es solo una de las dimensiones de la desigualdad
analizadas en el informe anual Panorama Social de América Latina 2016, dado a
conocer en Santiago, Chile.
El estudio también ahonda en las desigualdades en el uso del
tiempo entre hombres y mujeres, en las asociadas a la condición étnico-racial y
las que se evidencian en las distintas etapas del ciclo de la vida.
“La desigualdad es una característica histórica y
estructural de las sociedades de América Latina y el Caribe, que se manifiesta
a través de múltiples circuitos viciosos; avanzar hacia su reducción
significativa es uno de los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo
Sostenible, suscrita por todos los países de la región en 2015; esta agenda
aboga por que nadie se quede atrás”, expresó Alicia Bárcena.
El coeficiente de Gini para los ingresos personales en 2015
mostró un valor promedio de 0.469 para 17 países de América Latina (0
representa ausencia de desigualdad y 1 desigualdad máxima), un nivel
considerado alto; si bien el índice disminuyó 1,2 por ciento anual en promedio
entre 2008 y 2012, el ritmo de descenso bajó a la mitad entre 2012 y 2015 (0,6
por ciento anual).
Estos avances fueron impulsados por una mejoría relativa de
los ingresos laborales de los sectores de menores ingresos, gracias a políticas
activas como la formalización del empleo y el aumento real de los salarios
mínimos en varios países, indica la CEPAL; también fue notable el incremento de
las transferencias monetarias hacia los estratos de menores ingresos.
Pese a lo anterior, a través de un análisis complementario
de la distribución funcional del ingreso en la región, se observa que las
mejoras distributivas recientes no estuvieron necesariamente asociadas a un
reparto más equitativo del capital y el trabajo.
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