martes, 16 de mayo de 2017

Protejan a niños y adolescentes trans de la discriminación, la exclusión, la violencia y el estigma

De la Mesa de Redacción Rafael Castilleja
De Arcano Político

Insta a los Estados y otros interesados este martes 16 de mayo un grupo de expertos internacionales y de las Naciones Unidas en derechos humanos en Ginebra, Banjul, Estrasburgo y Washington, a que protejan a niños y adolescentes trans y de género diverso de forma efectiva contra la discriminación, la exclusión, la violencia y el estigma.

El Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia, celebrado en 2005 por primera vez el 17 de mayo, para conmemorar la eliminación en 1990 de la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales por parte de la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El grupo de expertos pide a Estados y grupos interesados a que fomenten entornos familiares propicios para las personas trans y de género diverso.

“Instamos a los Estados de todo el mundo a que adopten un marco jurídico y normativo, con medidas de aplicación integrales, a fin de proteger los derechos de los jóvenes trans y de género diverso, respetando la diversidad de género, y posibilitar la plena realización de su potencial.

Revisten fundamental importancia los principios de igualdad y no discriminación, el derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo, el interés superior de la niño y el respeto de sus puntos de vista. Las familias desempeñan un papel crucial en la creación de un entorno seguro y afectuoso –un refugio– para los niñas/os/es y adolescentes trans y de género diverso.

Lamentablemente, en algunas familias, niñas/os/es y adolescentes trans y de género diverso son todavía estigmatizados, se les hace el vacío, se les margina y se les rechaza. Muchos de esos niñas/os/es corren el riesgo de ser víctimas de violencia física, sexual y psicológica, e incluso de los llamados “crímenes de honor”, en entornos comunitarios y en su propia familia.

Las/os/es niñas/os/es y adolescentes trans y de género diverso también son más vulnerables a la violencia en la escuela (acoso) y a la exclusión en la clase, en los juegos, en los baños y en los vestuarios, camino a la escuela y a casa y en la red (ciberacoso).

Un entorno hostil puede, lamentablemente, llevar a estudiantes trans y de género diverso a abandonar la escuela y la familia a una edad temprana. Quedan expuestos a la carencia de hogar, a los mercados laborales informales, a la economía delictiva, a ser objeto del uso de perfiles por la policía y a un ciclo de pobreza, marginación y más discriminación y violencia para el resto de su vida.

Instamos a los Estados a que adopten y apliquen medidas para prohibir la violencia, así como leyes contra la discriminación que abarquen la identidad y la expresión de género y la orientación sexual, tanto real como percibida,  como motivos prohibidos de discriminación, a que elaboren programas de enseñanza y material didáctico incluyentes, a que capaciten y apoyen a los docentes y demás personal escolar, a que ofrezcan programas de educación y apoyo para padres y madres, a que proporcionen acceso seguro y no discriminatorio a los baños y a que lleven a cabo programas de concientización para cultivar el respeto y la comprensión de la diversidad de género.

El rechazo deja a las/os/es niñas/os/es y adolescentes trans y de género diverso más expuestos a padecer problemas de salud mental, como sentimientos de aislamiento y depresión, pudiendo desembocar en lesiones autoinfligidas y al suicidio. Por lo tanto, es crucial crear espacios seguros y propicios donde estas personas jóvenes puedan recibir apoyo directamente para ayudarles a abordar los prejuicios y la discriminación que puedan enfrentar.

Por otra parte, la mera existencia de leyes o reglamentos que penalizan la expresión de género, como aquellos que tipifican como delitos el hecho de vestirse con ropas del sexo opuesto o imitar al sexo opuesto, y otras normas discriminatorias de ese tipo inciden en la libertad y la seguridad de estas personas jóvenes y tienden a fomentar un clima en el cual se aprueban y se cometen con impunidad actos de incitación al odio, la violencia y la discriminación.

La penalización y la discriminación generalizada en un contexto de ese tipo llevan a la denegación de atención sanitaria, incluidos los procedimientos seguros de afirmación de género, y a la falta de acceso a información y servicios afines. La patologización de personas trans y género diversas, es decir, calificarlas de enfermas sobre la base de su identidad y expresión de género, siempre ha sido y sigue siendo una de las causas fundamentales de las violaciones de sus derechos humanos.

Reiteramos nuestro llamamiento a los Estados para que despenalicen y despatologicen las identidades trans y de género diversas, en especial de las personas jóvenes trans, para que prohíban las “terapias de conversión” y para que se abstengan de adoptar nuevas leyes penalizadoras y clasificaciones médicas patologizadoras, incluyendo en el contexto de la próxima revisión de la Clasificación Internacional de Enfermedades.

Asimismo, exhortamos a los Estados a que proporcionen acceso igualitario a la atención de salud y al tratamiento de reafirmación de género a aquellos que lo pidan.

En la mayoría de los países, a las personas trans no se les reconoce legalmente su identificación de género, lo cual puede llevar a más violaciones de derechos humanos en las áreas de la educación, el empleo, la atención de salud y otras. Muchos Estados que permiten la modificación de indicadores de género en documentos de identidad imponen requisitos abusivos, como una intervención quirúrgica forzada o involuntaria, la esterilización, un diagnóstico de salud mental, intervenciones psiquiátricas u otros procedimientos médicos coercitivos.

Muchas de esas prácticas violan la integridad física y mental de las personas y sus derechos afines, ya que equivalen a maltrato o tortura, e infringen su dignidad inherente.

Exhortamos a los Estados a que faciliten el reconocimiento legal rápido, transparente y accesible de la identidad de género, sin condiciones abusivas, garantizando los derechos humanos de todas las personas y respetando las decisiones libres e informadas y la autonomía corporal.

En consecuencia, nunca deben efectuarse intervenciones y procedimientos médicos coercitivos. Independientemente del sexo que le haya sido asignado al nacer, se debe permitir que las personas jóvenes trans y de género diverso usen sus propios nombres y pronombres y se vistan de acuerdo con la identidad y expresión de género que ellas mismas definan.

A pesar de los abusos generalizados y de la falta de garantía de sus derechos humanos en diversos ámbitos, las personas jóvenes trans y de género diverso suelen carecer de acceso a recursos cuando se violan sus derechos. Por lo tanto, es crucial que los Estados investiguen tales violaciones, exijan la rendición de cuentas de los responsables y protejan efectivamente los derechos de las víctimas, incluso en lo relativo al recurso, la reparación y la indemnización.

Con ocasión del Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia 2017, recordamos a los Estados su obligación de combatir la transfobia, que conduce a la violencia y la discriminación contra las personas jóvenes trans y de género diverso; hacemos un llamamiento a los gobiernos para que acepten la diversidad humana, que refleja la universalidad e indivisibilidad de los derechos humanos; y subrayamos la necesidad de medidas de aplicación integrales, entre ellas leyes, normas y prácticas apropiadas. Un análisis universal del género, basado en derechos, debe abordar las construcciones sociales, prácticas y costumbres que tienden a reforzar los estereotipos de género.

Exhortamos asimismo a los Estados a que insten a las organizaciones confesionales a que no transmitan mensajes negativos sobre las personas trans y de género diverso. También hay un nexo muy pertinente con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que todos se han comprometido a alcanzar, en el ímpetu mundial para construir sociedades pacíficas, justas e incluyentes que no dejen a nadie atrás.

Por consiguiente, los Estados deben revocar las leyes y otras medidas que penalicen la expresión de género y/o que tengan efectos negativos en las personas trans y de género diverso y deben proporcionar procedimientos de reconocimiento legal del género que sean accesibles y no discriminatorios, sin condiciones abusivas, incluyendo para las personas jóvenes trans.

Los Estados deben formular y aplicar medidas inclusivas contra la violencia y la discriminación, complementadas con una promoción proactiva de la conciencia pública, la comprensión, la aceptación y el respeto de la diversidad de género en todo el mundo.”debe abordar las construcciones sociales, prácticas y costumbres que tienden a reforzar los estereotipos de género.

Exhortamos asimismo a los Estados a que insten a las organizaciones confesionales a que no transmitan mensajes negativos sobre las personas trans y de género diverso. También hay un nexo muy pertinente con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que todos se han comprometido a alcanzar, en el ímpetu mundial para construir sociedades pacíficas, justas e incluyentes que no dejen a nadie atrás.

Por consiguiente, los Estados deben revocar las leyes y otras medidas que penalicen la expresión de género y/o que tengan efectos negativos en las personas trans y de género diverso y deben proporcionar procedimientos de reconocimiento legal del género que sean accesibles y no discriminatorios, sin condiciones abusivas, incluyendo para las personas jóvenes trans.


Los Estados deben formular y aplicar medidas inclusivas contra la violencia y la discriminación, complementadas con una promoción proactiva de la conciencia pública, la comprensión, la aceptación y el respeto de la diversidad de género en todo el mundo.”

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