Por Steve HERMAN
Periodista en El Vaticano de nuestra afiliada La Voz de
América
El presidente llegó al Vaticano poco después de las 8 de la
mañana acompañado por su esposa y varios colaboradores. Saludó a Francisco en
la Sala del Tronetto, en la segunda planta del palacio Apostólico.
Los dos hombres, que se reunían por primera vez, se dieron
la mano. El papa parecía sombrío. El presidente sonrió.
"Es un gran honor", dijo Trump al líder de la
Iglesia católica romana después de sentarse en el estudio privado del papa.
El pontífice no respondió mientras los periodistas estaban
en la habitación y no sonrió.
Después de la reunión privada hubo una audiencia breve y
expandida para los otros miembros de la delegación de los Estados Unidos. Esta
incluyó a la primera dama, Melania Trump, el secretario de Estado Rex
Tillerson, el consejero de seguridad nacional HR McMaster, la hija de Trump,
Ivanka, y su esposo Jared Kushner (ambos ahora asesores oficiales del
presidente).
El encuentro incluyó un intercambio de regalos.
"Esto es un regalo para usted, son libros de Martin
Luther King, creo que los disfrutará", dijo el presidente al papa.
El papa le dio a Trump lo que dijo era una medalla de un
artista romano: un olivo, que es un símbolo de paz.
"Podemos usar la paz", respondió el presidente.
"Lo firmé personalmente para usted", dijo el papa
a Trump.
"Eso es tan hermoso", respondió el presidente.
El papa también le dio al presidente tres libros sobre los
temas de la familia, la alegría del evangelio y "el cuidado de nuestro
hogar común, el medio ambiente".
“Bueno, los leeré”
—le prometió Trump al papa.
Los dos hombres tuvieron un choque verbal el año pasado
cuando Trump, como candidato presidencial, promocionó su plan para construir un
muro a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México.
El primer papa jesuita dijo que cualquiera que piense en
construir muros en vez de puentes "no es cristiano", un comentario
que Trump llamó "vergonzoso".
La noche antes de la audiencia, un alto funcionario del
Vaticano, el cardenal Peter Turkson, originario de Ghana, tomó las redes
sociales para señalar que tanto el presidente como el papa están apelando al
mundo islámico para exorcizarlo de la violencia religiosa.
"Uno ofrece la paz del diálogo, el otro la seguridad de
las armas", dijo en Twitter, aparentemente en referencia al acuerdo de
venta de armas por $110.000 millones de dólares que el presidente de Estados
Unidos firmó con Arabia Saudita hace unos días.
Antes de la reunión con Trump cuando se le preguntó acerca
de sus expectativas sobre el encuentro, el papa dijo a los periodistas que
"nunca, nunca quiso hacer un juicio sin escuchar a la persona".
Después de un recorrido por la Capilla Sixtina y la Basílica
de San Pedro, el presidente salió del Vaticano para reuniones separadas con el
presidente italiano, Sergio Mattarella, y el primer ministro, Paolo Gentiloni.
Más tarde en el día, Trump viaja a Bélgica para la cumbre de
la OTAN que se realizará el jueves en Bélgica.
El viernes y el sábado, el presidente está de vuelta en
Italia, específicamente en la isla de Sicilia, para la cumbre del Grupo de los
Siete.
Durante la etapa anterior de su viaje en Israel, Trump
declaró que tanto los líderes israelíes como los palestinos están "listos
para alcanzar la paz".
Hizo la declaración el martes, junto al primer ministro
israelí Benjamin Netanyahu, en un discurso en el museo de Israel. Trump había
mantenido conversaciones con Netanyahu el lunes y se reunió de nuevo con él el
martes después de una breve visita a Cisjordania para una discusión de una hora
con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas.
"Sabemos que la paz es posible si dejamos de lado el
dolor y los desacuerdos del pasado y nos comprometemos juntos a resolver
definitivamente esta crisis que se ha prolongado durante casi medio
siglo", añadió Trump en su discurso en el museo, poco antes de partir de
Israel hacia Roma, agregando que los israelíes y los palestinos "pueden
llegar a un acuerdo".
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