lunes, 22 de mayo de 2017

Micro cuento: Los atribulados

Por Mario Luis ALTUZAR SUÁREZ

- Ahora lo recuerdo. Y lo recuerdo bien.

- ¡Excelente! ¿Pero, qué es lo que recuerdas bien?

- A ese magnate cuyo nombre no quiero acordarme…

- ¿Por qué viene a cuento?

- Porque dijo: Ya robé bastante para darme el lujo de ser honrado.

- Buen chascarrillo…

- ¡Ojalá y fuese chascarrillo!

- ¿No lo es?

- ¡Claro que no! Ahí lo tienes en el periódico, bien claro.

- ¡Carajo! ¡No lo veo!

- ¡Sí! ¡Míralo bien!: Acuerdan alianza el PAN y el PRD.

- ¿Y cuál es el honrado?

- ¿Te llamas Inocencio? Como dijo el clásico: ¡Engañado vas a morir!

- No te entiendo…

- Mira: La alcurnia que observa el azul en el agua del Escudo Nacional, es como aquel magnate: “¡Ya robé bastante que bien puedo darme el lujo de ser honrado” Y el amarillito, pues buscan cómo aparentar ser honrado sin dejar de seguir robando sin parecer cínicos como su Mesías tabasqueño que repite y repite: “Dejad que la chiquillería se acerque a mí, porque de ellos y su diezmo será enriquecido el paraíso de mi reino macuspanés”…

- Pero los otros ¿están a salvo, acaso son mejores?

- ¡He ahí el meollo del asunto! No hay para donde hacerse. La Profecía lopezportillezca de 1978 nos alcanzó: “Lo peor que le puede pasar a México es convertirse en un país de cínicos”. ¡Y sabía de lo que hablaba el administrador de la abundancia petrolera! Una herencia maldita que cargamos desde 1492, cuando Rodrigo de Triana se hizo acreedor a una recompensa de los Monarcas de diez mil maravedíes por ser el primero de ver tierra en las Bahamas y Cristóbal Colón cínicamente se la robó.
- ¿Y ahora? ¿Qué hacemos?

- Ni siquiera ir a pedirle un milagro a la Virgen de Guadalupe que pisa a una serpiente emplumada.
- ¡Está pelón!....

- Bueno, es cierto con Carlos empezó el fin de los tiempos mexicanos que incubó Miguelito y su tío Juanito. Llegó la hora ¡Preparémonos para la Gran Tribulación!

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